Fuck The System { Dracul Bellamy }

Familia:Alexandre Bellamy - Muerto.
Aldabella Bellamy - Ninguna. No le habla ni quiere saber nada de Dracul.


Historia:¿Que tanta historia podría tener un jóven de dieciocho años? Usualmente se basa en nacer, ir a la escuela, darle la virginidad a alguna obesa y finalmente salir de la secundaria. Es lo ordinario, pero Dracul no lo es, para nada. Sus padres han sido miembros de la elite de la ciudad desde que el mundo es mundo. Siempre solían asistir a fiestas, en las que Dracul colocaba condones en la champaña, cenas, con platos de cucarachas de juguetes, y un sin fin de cosas que el hacía menos aburridas con sus ocurrencias.
Su padre era un importante político en aquel entonces, cuando el tenía seis años. A la vista de todos, era perfecto. Adoraba a su esposa, tenían un hijo que al menos encadenado, funcionaba correctamente, tenían riquezas y una amplia vida social. ¡Mentiras! El respetable Alexandre dejó de serlo la segunda noche de matrimonio, cuando Aldabella se rehusó a recoger la ropa del piso y obtuvo como pago un buen golpe en el pómulo. ¡Gracias a Dios por el maquillaje! Ella era una mujer justa, estricta, pero Alex era su única debilidad. No podía perderlo, por lo que ésa mala costumbre suya de sacarle moretones se extendió hasta la muerte de el. Dracul no lo supo hasta poco antes de que murió su papá, cundio vió como sujetaba la mano de su mamá, como la trataba, ésa ira en la mirada cuando sus ojos se clavaban en su esposa. Era más que obvio. Una vez quiso pasarse de listo y acostumbrar a su hijo a lo que << se debe hacer con una perra >> Dracul adoraba demasiado a su mamá como para aceptarlo. Terminaron en algo más que una discusión, y el con sólo quince años, huyó de casa. ¿Por que? Su mamá se quedaría ahí, con Alex, en peligro. Pero prefería bendarse los ojos antes que no sentirse ajeno a lo que sucedía. ¡Y sólo tenía quince años! ¿Quién podría creerle? Su rebeldía no le estaba jugando a favor. El año siguiente las cosas se pusieron peor, ya se hacían más evidentes los moretones de su madre. Odiaba verla llorar, rogarle que no la matara. Durante todo ése tiempo se refugió en la música, alcohol y fiestas. Era lo único que tenía, que estaba ahí siempre, con mamá llorando o no. Ya no podía resistirlo más, había dejado todo éso pasar, no se perdonaría ver a su madre en un hospital. Ésa noche era lluviosa. La noche en la que Alexandre murió, en la que Aldabella por fin descansó. Tras una fuerte discusión Dracul decidió tomar cartas en el asunto, un escalofrio recorría su espalda ante la sola idea de hablarle a el, el odio lo consumía, había creando un nudo en su garganta durante todos esos años, que no le permitió si quiera decir una palabra. Pero finalmente lo hizo. Soltó todo. Alexandre se sentía tan pequeño. El, un hombre tan respetable, siendo sermoneado por un maldito adolescente. Una cosa llevó a la otra y el supuestamente buen hombre terminó en el piso y con la cabeza hecha pedazos. Un accidente, dijeron ellos. ¿Quién sabe? Sólo Dracul. Tal vez fueron los tragos que se había tomado ésa noche, o la ira por la discusión con su esposa, o un mal movimiento de su hijo, que dejaron ésa gran huella de sangre en el piso. El punto es que el maldito murió. Verán, no quiero hacer ésta historia más aburrida de lo que es. Así que vayamos al grano. Al tipo dejo de importarle lo sucedido, decían que había matado a su padre pero el no daba un comino por aquello. La conducta de Dracul no cambió en absoluto, de hecho, empeoró ahora que no tenía alguien que lo controlara. Aldabella pasaba todo el día metida en sus asuntos, las finanzas, negocios, organizando ésto y aquello; sin contar lo mucho que se había distanciado de su hijo por sospechar que fué el quién empujó a su padre. Nunca quiso concluir el caso, sólo por precaución de no manchar su apellido. Una gran grieta los separaba, ésa grieta tenía nombre y apellido. ¿Una noche en casa? Era demasiado pedir. Aldabella sabía que el iba a arreglarselas de un modo u otro, y que volvería para almorzar. Éso era lo que importaba. Mientras ella estaba entre papeles, el se encontraba entre los senos de una mujer, polvo, inyecciones o pastillas. Llevó una vida bien alocada. ¡Pero que vergüenza! Tener un hijo así de... Ella no soportaba tenerlo cerca, le caía en los nervios. ¡Tenía que alejarlo! A otro pais, otro mundo, para que dejara de avergonzarla. Ahora que Alex no estaba, la mujer se alzó por completo, les cuento. Encontró a una universidad, el mejor modo de librarse del crío. Honestamente, a el le da igual.

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Pasatiempos: Skateboarding, dibujar, tocar la batería.
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